El Palacio Real de Madrid es Palacio más grande de Europa Occidental por encima del Palacio de Versalles o el Palacio de Buckingham. También llamado Palacio de Oriente, es la Residencia Oficial del Rey de España y ha sido la morada Regia desde los tiempos de Carlos III. Es uno de los monumentos más prestigiosos de la capital y es administrado por Patrimonio Nacional. No te pierdas sus curiosidades e historia, porque te lo contamos todo.
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Palacio Real de Madrid
Antecedentes al Palacio Real de Madrid
Desde la segunda mitad del siglo IX, una fortaleza musulmana ya se ubicaba en esta zona. Construida por el emir de Córdoba Muhámad I, el antiguo Mayrit árabe era defendido desde las alturas, permitiendo la vigilancia de las tierras más allá del Manzanares. Fue el núcleo central de aquella ciudadela, hasta que cayó en manos cristianas tras la reconquista por parte de las tropas de Alfonso VI, en el año 1085.
A partir de entonces, las sucesivas dinastías reales apostadas en el trono, harían suya la fortaleza, construyendo incluso una segunda edificación militar en las cercanías, que, con el tiempo y sus ampliaciones, acabaría por formar parte del conjunto conocido como el antiguo Alcázar de Madrid.
La necesitad de albergar la residencia de la Corte Real, hizo que dicho Alcázar se convirtiera en una de las primeras moradas de los Reyes de Castilla. Por el uso de la dinastía de los Trastámara, el complejo del Alcázar sería otorgado con el apelativo de “Real”, construyéndose un ambiente palaciego en su interior, y dotándole de torres, capilla y algunas estancias para el uso de la monarquía.
El esplendor del Real Alcázar de Madrid
La llegada de los Austrias supuso un antes y un después en la fortaleza. Una vez perdidas las funciones militares originales, la construcción fue tornando más hacia un complejo palaciego, sobre todo tras la remodelación que hizo Carlos I, después del ataque de los Comuneros de Castilla. Su intención de colocar allí la corte permanente, no se materializaría hasta unos años después, con la llegada al poder de su hijo, Felipe II.
El cambio de la Capital de España de Toledo a Madrid se produjo en 1561. El reinado de Felipe II convertiría finalmente el antiguo Alcázar en el Palacio Real, reformando aposentos y decorando las salas interiores, para lo que se llamó a grandes artesanos y artistas procedentes de todas partes del imperio español. No olvidemos que parte de los Países Bajos y zonas de Italia y Francia pertenecían a la corona española y los mejores pintores, escultores o vidrieros de la época, procedían de estos lugares.
El comienzo del reinado de los Austrias menores siguió ampliando la zona. Bajo órdenes de Felipe III se restauraría la fachada meridional, y Felipe IV continuaría las obras extendiéndolas al resto del cerramiento, dándole armonización al conjunto. Incluso Carlos II acabaría por terminar las obras que había comenzado su tatarabuelo.

Llegada de los Borbones a la corona
Felipe de Anjou sería coronado como Felipe V, rey de España, el 24 de noviembre de 1700. Al haber pasado su infancia en París, las comodidades que ofrecía Versalles no eran comparables a un entorno interior aún medieval, a pesar de los esfuerzos de la dinastía anterior por incorporar luz, decoración y acomodar las estancias para residencia de la nobleza.
Así pues, bajo sus gustos, comenzaría la última de las actuaciones en el Real Alcázar de Madrid, siguiendo las pautas de los palacios franceses. La esposa de Felipe V, María Luisa de Saboya dirigió las obras, contratando para tal menester al arquitecto Teodoro Ardemans, que se enfocaría en las reformas interiores del complejo, materializando la visión del monarca.
Hasta la conclusión de los trabajos, la Familia Real se trasladaría al Palacio del Buen Retiro, a donde se llevaron parte de sus obras de arte y pertenencias. Pero su estancia en aquella ubicación, elegida por ser cercana en apariencia a los jardines de su niñez, se alargaría más de lo esperado.
Incendio del Alcázar de Madrid
La noche del 24 al 25 de diciembre de 1734 cambiaría por completo el panorama del Palacio de los Austrias. Hacia las 00:15 de la noche, un incendio de proporciones inimaginables acabaría por desatarse en el interior del complejo. Aún a día de hoy no están claras las causas que provocaron el siniestro, aunque se considera que las llamas comenzaron en los aposentos del pintor Jean Ranc, por culpa de una chimenea desatendida por el estado de embriaguez de los mozos de palacio.
La celebración de nochebuena pudo ser el detonante para que el fuego devorara ferozmente la mayoría del complejo. La llamada de ayuda con las campanas del Convento de San Gil se confundirían con la Misa del Gallo, lo que impidió que acudieran antes los servicios de emergencia. Los frailes de San Gil fueron los primeros en ayudar en el rescate de personas y a salvar los objetos de palacio, tirando cofres de monedas por las ventanas, retirando cuadros, o guardando las joyas de la Familia Real.
Rescataron la llamada Perla Peregrina y el diamante del Estanque. Se salvaron algunas obras de arte, pero por desgracia se perdieron muchas más por estar encastradas en las paredes o por su tamaño. Pinturas de Rubens, Velázquez, Tiziano o el Greco fueron pasto de las cenizas, que acabarían mezcladas entre los escombros. Al extinguir el fuego, el daño fue tal que hubo que derribar los pocos muros que quedaron en pie. Tan sólo se conservaría la Casa del tesoro de palacio.

Diseño del Palacio Real de Madrid
La leyenda nos cuenta que posiblemente Felipe V quisiera destruir el palacio para construirse uno nuevo similar a su Château francés preferido. Pero más allá de los mitos, no hay nada demostrado en este aspecto. Lo que sí es cierto, es que se planteó la idea de un nuevo palacio a la mayor brevedad posible.
Para tal cometido se llamaría a uno de los arquitectos más famosos de Europa, Filippo Juvara, cuyos trabajos en Roma y Turín, eran una carta de presentación impresionante. El artista, que había trabajado en la nueva sacristía de la Basílica de San Pedro, la Iglesia de San Jerónimo de la Caridad o la Basílica de Superga, lo convertían en el candidato perfecto.
Juvara diseñó entonces un palacio de dimensiones colosales, inspirados en los gustos franceses del rey, tomando como modelo los bocetos de Bernini para el Palacio del Louvre en París. El proyecto, que incluía 23 patios, 34 entradas, y enormes estancias para albergar los Consejos, Secretaría de estado, además de iglesia, teatro o Biblioteca, requería de un espacio mucho mayor de lo que ofrecía el solar con los restos del Alcázar.
Nuevo proyecto del Palacio Real de Madrid
La idea de mantener la antigua ubicación y aprovechamiento de los terrenos, y el mal estado de las finanzas reales, no permitían una inversión de tales proporciones. Esto unido a la muerte del proyectista en 1736, hizo replantear la construcción, para lo cual se llamaría a otro turinés, discípulo del anterior, que cumpliera con las expectativas de Felipe V. El elegido fue Juan Bautista Sacchetti.
La demolición de las ruinas del viejo Alcázar comenzaría el 7 de enero de 1737. El diseño incluiría una estructura tradicional de forma palaciega española, sobre planta cuadrada, con un gran patio interior, resolviendo las esquinas con cuerpos salientes. Además, se situaría sobre los terrenos disponibles siguiendo las instrucciones reales.
Se redujo la madera lo máximo posible en la construcción, para evitar que pudiera ser pasto de las llamas, y se elevó en altura, para poder albergar el poder absoluto y multitud de salas para Oficina de Gobierno, los oficios de la Casa Real y el servicio. La primera piedra se colocó el 7 de abril de 1738, extendiéndose las obras durante trece años.

Construcción del Palacio Real de Madrid
Las obras del nuevo palacio fueron a buen ritmo desde su comienzo. En 1740 se había conseguido nivelar el solar a nivel de la planta inferior. Dos años después, en 1742, se terminaría de ejecutar la parte de los sótanos e, incluso, preparado las bóvedas de soporte de la planta que se erigiría a continuación.
La muerte de Felipe V en 1746 no afectaría a los trabajos, que habían alcanzado el nivel de calle. Su sucesor, Fernando VI vería como apenas en dos años más, en 1748, la segunda planta ya estaba levantada, y en 1749, comenzaría un programa escultórico de la fachada del Palacio, pensada por el Padre Sarmiento, que incluiría a varios escultores para completar 94 estatuas de los reyes españoles desde los tiempos de los visigodos.
En 1751 se comenzarían las tareas de cubrición de la cubierta, dejando la construcción terminada. El Palacio Real llegaría a su conclusión durante la corte de Fernando VI, aunque se seguiría trabajando en el conjunto escultórico hasta 1759.
Reformas posteriores
La muerte de Fernando VI dejaría el trono español en manos de su hermano Carlos III. Tras ser coronado, las expectativas por encontrarse una ciudad digna a su llegada, propia de la Capital de aquel Imperio Español, no se vieron colmadas. El camino Real de entrada no le sedujo en absoluto, lo que llevaría a la construcción de la Puerta de Alcalá, pero el Palacio tampoco le sorprendió sobremanera. Por ello, mandaría traer a su arquitecto predilecto, Francesco Sabatini, para realizar unas mejoras en su futura residencia.
La influencia napolitana del nuevo clasicismo hizo que se retiraran las estatuas del conjunto escultórico que iban a haber sido colocadas en fachada en 1760. Se repartieron por diferentes lugares como el Parque del Retiro o los terrenos en frente de palacio, lo que hoy es la Plaza de Oriente. El primer rey en instalar su residencia en el Palacio Real fue Carlos III en 1764.
Francesco Sabatini ampliaría cono el Ala de San Gil el Palacio Real, aunque el sucesor de Carlos III, su hijo Carlos IV, también contaría con él para cambiar la Escalera Principal y no cambiar sus aposentos de Príncipe. Las reformas que vinieron después son meramente anecdóticas consistente en la decoración de algunas de las estancias, o restructuración de las obras de arte de palacio.

El Palacio Real de Madrid en el siglo XIX
Tras los hechos acontecidos en el Motín de Aranjuez, José I de Bonaparte reinaría como rey de España hasta el 11 de diciembre de 1813, durante la Guerra de la Independencia, alojándose en palacio. Posteriormente, Fernando VII recuperaría el trono que le pertenecía por derecho, hasta su muerte en 1833.
Isabel II, su hija, que nació en los interiores de palacio, reinaría tras derogar la ley sálica bajo pragmática sanción. Durante su reinado, encargaría a Narciso Pascual y Colomer la realización de la Plaza de la Armería. La subida al trono de la reina supuso un enfrentamiento que desembocó en diferentes guerras y su exilio, dando lugar al periodo conocido como el de la Primera República española.
Al acabar este periodo, llegaría al Palacio Real Alfonso XII en 1874, periodo en que regentó la corona española, realizando pequeños cambios en la decoración del edificio. A pesar de que su preferido era el Palacio de El Pardo, se conoce que renovó el salón del Trono y la cámara de Gasparini, contratando al arquitecto José Segundo de Lema para transformar varias estancias al estilo victoriano. Moriría en 1885 con apenas 27 años, no sin antes haber comenzado también la construcción de la Catedral de la Almudena enfrente al Palacio Real.
Durante el siglo XX
Su hijo póstumo Alfonso XIII, accedió al trono nada más nacer. Tras la regencia de su madre se ocuparía de gobernar, siendo el último rey que influiría en las tareas de remodelación del Palacio Real. Durante su reinado, en 1892, contando apenas con siete años, se acabarían las obras de la Plaza de la Armería bajo dirección de Enrique María Repullés y Vargas.
En el Salón de Consejos, se celebraría el primero presidido por Alfonso XIII cuando ya contaba con 16 años, y el último en 1931. Moriría diez años después en el Salón de Carlos III. Tras la proclamación de la Segunda República, Manuel Azaña ocupó las estancias del Palacio Real.
La guerra Civil causó estragos en el complejo, que tuvo que ser reparado posteriormente, sustituyendo con reproducciones fieles a los originales algunos conjuntos decorativos dañados. Dichas reparaciones se realizaron en época de Francisco Franco, que también residiría entre las paredes del Palacio Real de Madrid.
Una vez finalizado el periodo de la dictadura franquista, el complejo volvió a manos de la monarquía española, y a pesar de ser la Residencia Oficial de los Reyes de España, habitan en el Palacio de la Zarzuela.

Partes más importantes del Palacio Real de Madrid
El complejo tiene más de 135.000 m2 de superficie, dispuestos en 3.418 habitaciones. No obstante, la mayoría de los espacios no se pueden visitar, aunque hay abiertas al público numerosas estancias, que nos darán una idea de la enorme magnitud del complejo.
Así pues, se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de España, con casi 2.000.000 de visitantes anuales. Además, se siguen realizando multitud de actividades entre sus paredes y organizando actos oficiales, lo que sigue aportando utilidad al Palacio Real de Madrid.
Sus partes más importantes y que están incluidas en la visita son las siguientes:
Salón del Trono

- El único espacio que ha continuado con la misma función a lo largo de la historia. Concebido por Sachetti, fue terminado en 1772. Su decoración es riquísima, destacando el gran fresco que representa la Grandeza y Poder de la Monarquía Española.
- Las esculturas que expone son aquellas que se rescataron del Real Alcázar, pero en general, el también llamado Besamanos del Cuarto del Rey, de Reinos o de Embajadores, conserva la misma decoración ideada durante el reinado de Carlos III, atendiendo a sus gustos napolitanos.
Escalera Principal

- En realidad, en este lugar existían dos escaleras gemelas proyectadas por Sacchetti, la de la derecha para el Rey y, la de la izquierda, para la Reina. Su disposición no encandiló a Carlos III, que ordenaría a Sabatini reformarla, atendiendo a la construcción de Vanvitelli en el Gran Palacio de Caserta en Nápoles.
- Así pues, desde 1760 realizaría la escalera tal y como se encuentra actualmente, aunque se realizó en el lado izquierdo. En 1789, se trasladaría por orden de Carlos IV al lado derecho, reutilizando los mismos materiales. Destacan los leones esculpidos por Felipe Castro y Robert Michel y la estatua de Carlos III de Pierre Michel al pie de la escalera principal.
- Una anécdota curiosa fue durante la visita de Napoleón a Madrid, cuando este subió por las escaleras de Palacio y se detuvo en el rellano a decirle a su hermano José I: “Hermano, tu casa va a ser mucho mejor que la mía”.
Salón de Columnas

- Este es el lugar donde se ubicaba anteriormente la escalera principal realizada por Sabatini. Por ello presenta la misma forma y materiales que la zona de la Escalera Principal actual. Carlos IV trasladaría a este lugar lo que sería el Salón de Baile, para ser el lugar y escenario de festejos y banquetes. La configuración pues, está invertida con respecto al concepto original proyectado por Juan Bautista Sacchetti.
- A día de hoy no ha perdido esta función de ceremonias civiles, ya que sirve para la celebración de algunos actos públicos. Ha servido para acontecimientos muy formales, como Lavatorio, como lugar para rendir respeto a la fallecida Reina Mercedes, o para la firma del Tratado de Adhesión de España a la Unión Europea en 1985.
Cámara de Gasparini

- Es el lugar concebido para vestir al rey en presencia de la Corte. Fue decorada por Matías Gasparini, pintor de cámara del rey, tardando más de 50 años en acabarse. Esta obra maestra del barroco tardío ha de entenderse como un conjunto decorativo, con una serie de motivos y tapizados en el que paredes, suelo, techo y mobiliario forman un todo.
- Destaca el Reloj del Pastor de Jacquet Droz, y la lámpara del techo encargada por Fernando VII. Contigua a esta habitación se encuentran los despachos de Carlos III, los llamados Gabinetes de Maderas e Indias.
Real Cocina

- Situada en el primer sótano, se realizó con la intención de que el servicio pudiera trabajar de la forma más cómoda posible, con amplias zonas donde ubicar fogones, los hornos, además de todos los utensilios de cocina. No en vano, se trataba de alimentar a la realeza y a la Corte. Actualmente se encuentra completamente restaurada, cuya entrada es la Portería de la Cocina, sustituyendo así al Taller de Repostería en este menester.
- Conserva un aire museístico desde que en 2014 se abordara un plan que incluyera su visita. En nuestros días podemos ver cómo trabajaba el Cocinero mayor en su despacho, el Trascuarto del Comedor de Diario, el elevador o montaplatos que subía la comida regia, el horno de ramillete o la gran caldera de cobre de la época, así como el Cuartón, el antiguo almacén, actualmente Botillería o almacén de Cava.
Comedor de Gala

- El Gran salón donde antaño se organizaban los bailes y eventos, sirve hoy como comedor para las cenas de Estado. Es una estancia tremendamente alargada, constituida en el espacio que antaño ocupaban tres habitaciones, entre las que se encontraba el llamado Cuarto de la Reina, destinado a María Amalia de Sajonia, aunque no lo llegó a habitar.
- Ya en tiempos de Alfonso XII, tras la Primera República, se quiso dotar al palacio de una sala en la que cupieran más de cien invitados, así desde 1879 hasta 1885, se unieron formando una sala que puede albergar hasta 144 comensales o transformarse en Sala de Baile.
Salón de Alabarderos

- Aunque Sacchetti concibiera este lugar para festejos de las fiestas reales, Carlos III modificaría la propuesta para destinar este lugar a la guardia real. Por ello, bajo órdenes de Sabatini, el lugar fue decorado de la forma más sencilla posible, aprovechando los materiales de la Galería principal que rodea el Patio.
- De su ornamentación destaca el fresco de Giabattista Tiepolo, y las diferentes piezas de arte que incluiría Alfonso XIII. El salón estaba destinado a uso exclusivo de los guardias que custodiaban el Palacio.
Capilla Real

- Bajo la batuta de Sacchetti, se proyectaría una capilla en la zona actual del Salón de alabarderos. Su intención, querer darle el mayor volumen posible, hizo que se retiraran varios cuartos de infantes, cambiando el lugar proyectado hasta su ubicación actual, cuyas obras comenzaron en 1748.
- No obstante, no acabaría la ornamentación proyectada. La acabarían Sabatini y Ventura Rodríguez, pero no con la magnificencia estimada. Comunicada desde el Cuarto del Rey, este seguía el oficio desde la zona del Cancel, mientras que la Corte tenía su sitio asignado. Al público tan sólo se le dejaba acceder a la zona de la entrada.
Real Armería

- Es una joya del Patrimonio Histórico Español, que, junto con la Colección Imperial de Viena, representa la colección más importante de armas de Europa. Fue trasladada a su ubicación actual en 1891, por orden de Alfonso XII, tras el incendio de 1884, que destruyó el edificio que se ubicaba junto al Alcázar ya en tiempos de Felipe II.
- La colección abarca el poder armamentístico de la casa de los Austrias, desde el siglo XVI, con elementos incluso de los reyes previos, los Reyes Católicos. Armas blancas forjadas en acero toledano, trofeos militares, armaduras o piezas de torneos se encuentran entre las piezas más destacadas.
Otras partes del Palacio que habitualmente no están abiertas al público serían:
Gabinete de Porcelana

- También llamada Saleta de Porcelana, es una estancia recubierta completamente en paredes y techos con placas de porcelana. Fue realizada entre 1765 y 1770, siendo una de las primeras obras de la Real Fábrica del Buen Retiro, por los mismos autores que realizaron una estancia similar en el Palacio Real de Aranjuez.
Real Botica

- La Real Farmacia es hoy parte del museo de Farmacia que expone los frascos o las zonas de destilación, para que nos hagamos una idea de las funciones de almacén de medicamentos desde la época de Felipe II. Hoy está restaurada, habiendo sido reconstruida a tal como fue durante la época de Alfonso XII y Alfonso XIII.
Salón de Espejos

- Este es el espacio usado como tocador por la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, aunque fue usada como Salón de Música durante los tiempos de Alfonso XIII.
- Recibe su nombre de los espejos guarnecidos de oro, coronados por los estucos blancos y fondo azul, constituyendo uno de los salones más bellos del Palacio Real de Madrid.
Real Biblioteca

- Tras la muerte de Fernando VII, el ala de San Gil se la quedaría la Reina María Cristina, incluyendo el lugar que antes albergaba la Librería de Cámara Real. Guarda unas 300.000 obras impresas, cartas, piezas cartográficas y obras musicales varias.
Sala de la Corona

- En la antigua Cámara de la Reina María Cristina, se guarda la corona y el cetro pertenecientes a las Colecciones Reales. Esta sala fue reformada con motivo de la coronación de Felipe VI, el 19 de junio de 2014, y remodelada para guardar los símbolos de la monarquía constitucional.
- También expone un collar de la Orden del Toisón de Oro, la condecoración más grande que conceden los reyes de España y el Sillón original del Salón del Trono que pertenecía a Carlos III.
Antiguo Cuarto de la Reina

- Los aposentos de la Reina Isabel de Farnesio que antiguamente guardaba un cuadro de Goya, “La Familia de Carlos IV”, que actualmente se encuentra en el Museo del Prado. Una de las antecámaras ha sido utilizada como sala de Cine y Sala de Banda, donde se alojan los grupos que asisten a tocar en Palacio.
Cuarto del Infante Don Luis
- Apenas sin usarse a lo largo de la historia, hoy la antecámara sirve como Salón de Vajillas.
Cuarto de la Reina María Luisa
- La esposa de Carlos IV tendría en esta sala su habitación, siendo el estilo neoclásico el predominante en su decoración. Fue utilizada como residencia cotidiana de la Familia Real.
Cuarto de Carlos IV
- La mayoría de estos salones, fueron perdiendo su función con el paso de los años. Se acabaría instalando en las antesalas el Salón de Tapices o el Salón del Diván, o el Salón de Armas.
Archivo General de Palacio
- Creado en 1814, recoge, conserva y clasifica todos los documentos de las oficinas encargadas del gobierno, para administración de la Real Casa y Patrimonio de la Corona Española. Se encuentra en la parte oeste de la Plaza de la Armería.
Plaza de la Armería
Entre la fachada Sur del Palacio Real y la Catedral de la Almudena se encuentra este espacio creado por Narciso Pascual y Colomer a la vez que diseñó la Plaza de Oriente, cuyas obras acabarían ejecutadas por el arquitecto Enrique María Repullés en 1892.
La antigua Plaza del Palacio, que había sido utilizada como anteplaza de armas, hoy tiene dos mástiles, uno con una bandera de España y otro con el estandarte del Rey de España, que se coloca cuando el monarca se encuentra en el Palacio Real. Es el lugar donde se realiza la ceremonia del cambio de guardia de la Guardia Real.

Cambio de Guardia en el Palacio Real de Madrid
Todos los miércoles y los sábados entre las 11:00 h. y a las 14:00 h. se puede observar el cambio de guardia del Palacio Real de Madrid frente a la Puerta del Príncipe en la Calle Bailén cada 30 minutos.
Los guardias del Palacio Real, vistiendo el uniforme de gala de un soldado español de la época de Alfonso XIII, dos a pie y otros dos montados a caballo, acompañarán con sus movimientos a la marcha militar, siguiendo las órdenes de sus superiores. Incluso en intervalos de 10 minutos, no coincidentes con los cambios de guardia, se puede ver a la guardia montada a galope por la Plaza de la Armería.
Relevo Solemne de la Guardia Real
Como recomendación el primer miércoles de cada mes a las 12:00 de la mañana se produce el relevo más solemne. Dura aproximadamente una hora, en la que se puede ver el desfile de las diferentes compañías que forman los cuerpos de la Guardia Real, y un pequeño concierto de la Unidad de Música.
Si quieres conocer todo acerca de los cambios de guardia, pásate por nuestro post de los mejores cambios de guardia de Europa.
Mirador de la Cornisa
En el espacio que hay entre la Plaza de la Armería y la Catedral de la Almudena, se encuentra el famoso Mirador de la Cornisa. Es un punto increíble para disfrutar de las vistas hacia el Manzanares, contemplando los jardines del Campo del Moro.
Habitualmente cerrado por una verja, se encuentra abierto de lunes a domingo de 12:00 h. a 22:00 h. El acceso es completamente gratuito.
HORARIOS
- Invierno (octubre a marzo). De lunes a sábado: 10:00 - 18:00. Domingos: 10:00 - 16:00
- Verano (abril a septiembre). De lunes a sábado: 10:00 - 19:00. Domingos: 10:00 - 16:00
- Cierre taquillas y acceso a Palacio una hora antes
PRECIOS
- Tarifa Básica: 12€
- Tarifa Reducida: 6€
- Ciudadanos entre 5 y 16 años. Acreditación mediante carné identidad o pasaporte de 14 a 16 años.
- Mayores de 65 años.
- Estudiantes titulares de acreditación hasta los 25 años con carné actualizado de estudiante nacional o internacional.
- ACCESO GRATUITO:
- Menores de 5 años
- 18 de mayo, día Internacional de los Museos. (Excepto días de cierre)
- 12 de octubre, Fiesta Nacional de España, sin distinción de nacionalidad
- Miembros de familias numerosas según disponen los artículos 2 y 3 de la Ley 40/2003, de 18 de noviembre, de Protección a las Familias Numerosas y Real Decreto 1621/2005, de 30 de diciembre, que desarrolla la citada ley.
- Miembros del ICOM (Consejo Internacional de Museos) y del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS).
- Guías Oficiales de Turismo con carné de Guía Oficial de Turismo, realizando su actividad profesional, o cuando soliciten la entrada con el fin de preparar su trabajo
- Personal docente en activo con carnet de docente.
- Personas con discapacidad portadoras de acreditación. También tiene acceso gratuita la persona acompañante.
- Personas en situación legal de desempleo que acrediten esta circunstancia, mediante Tarjeta de Demanda de Empleo o documento equivalente, expedido por Órgano competente.
- De lunes a jueves de 17:00 a 19:00 h. (16:00 a 18:00 en invierno), entrada gratuita para ciudadanos de la Unión Europea, residentes y portadores permiso de trabajo en dicho ámbito y ciudadanos iberoamericanos, previa acreditación de nacionalidad (carta de identidad nacional, pasaporte o carné de conducir) o permiso residencia o trabajo. La oferta de gratuidad se limitará a la visita libre. Durante este horario no se permitirá la visita de grupos guiados. Estas entradas únicamente se pueden adquirir en taquillas
¿Dónde está el Palacio Real de Madrid?
- Se encuentra en la parte oeste de la Plaza de Oriente, en frente de la Catedral de la Almudena.
- La parada más cercana es en metro, estación Ópera (Línea 2) y caminar cinco minutos, autobús 25, 39, 46, 62,75,138 y 148 y Bicimad estación 24, 30 y 36.
MONUMENTOS CERCANOS

Campo del Moro
A los pies del Palacio Real, los Jardines del Campo del Moro ocupan toda la explanada oeste, desde su fachada hasta la Ribera del Manzanares.

Jardines de Sabatini
En el mismo lugar donde antiguamente se levantaban las caballerizas del Palacio Real, hoy disponemos de los Jardines de Sabatini, un entorno neoclásico acorde al

Catedral de la Almudena
Es la Iglesia más importante de Madrid y uno de los monumentos más recientes de los madrileños. Levantada desde finales del siglo XIX, la Catedral

Plaza de Oriente
Ubicada en la cara este del Palacio Real de Madrid, de ahí su nombre, es una plaza monumental delimitada por el propio palacio, el Convento