Presidiendo la Plaza de Oriente, el Teatro Real de Madrid se erige como sede operística de la capital. Su ubicación, al lado del Palacio Real o de la Catedral de la Almudena, lo encuadra dentro de los monumentos más importantes de la ciudad. Te contamos todo acerca de la creación del edificio actual y de la institución.
Teatro Real de Madrid
Antecedentes al Teatro Real de Madrid
La afición al teatro de la realeza madrileña se remonta al primer rey Borbón de España, Felipe V. Cercano a los terrenos del antiguo Alcázar, se levantaría desde 1713, en las inmediaciones de la Plaza Isabel II actual, un gran corral de comedias. Allí se representarían desde óperas italianas a las obras más populares de la época. Se le dio el nombre de Real Teatro de los Caños del Peral, por su cercanía a los lavaderos cercanos levantados en 1542.
Aquella construcción sería demolida y se sustituiría por otra con la idea de levantar el mejor teatro de Madrid. Se estrenó el día 16 de febrero del año 1738. En su interior, la institución más importante de las artes escénicas y musicales de España, estrenaría obras como la ópera Demetrio de Johan Adolph Hasse en su inauguración.
Durante algo más de medio siglo, las compañías más importantes acudieron a estrenar sus obras en los escenarios de aquel teatro. Por desgracia, con la llegada del rey Carlos V, el declive comenzó. El edificio, que había servido para bailes de máscaras e incluso para las sesiones de las Cortes Constituyentes de Cádiz en 1814, llegaría a cerrar durante el desarrollo de la Guerra de la Independencia.
Construcción del nuevo Teatro Real
El mal estado del edificio obligaría a demolerlo desde 1817 hasta 1818. El proyecto de reforma de la Plaza de Oriente, diseñado por Isidro González Velázquez durante el reinado de Fernando VII, incluiría un nuevo edificio para el teatro de ópera.
El diseño se encargó al Arquitecto Mayor de la Villa y discípulo de Juan de Villanueva, Antonio López Aguado. El conocido como Teatro de Oriente, comenzaría sus obras el 13 de abril de 1818 para equipararse con los mejores teatros de Europa. Sin Embargo, la falta de recursos económicos de la Casa Real hizo que los trabajos se atrasaran hasta 1830.
Custodio Teodoro Moreno fue el sustituto al frente del Teatro tras la muerte del arquitecto del proyecto en 1831. Pero el cambio de la corona a la llegada de Isabel II también retrasó el conjunto. Sin las obras terminadas, en 1841 sería escenario del Congreso de los Diputados. No sería hasta el 10 de octubre de 1850, cuando se inaugura, por el cumpleaños de la futura reina Isabel II, el que estaba abocado a ser uno de los grandes coliseos líricos de Europa.

Diseño del Teatro Real de Madrid
Con una planta de distribución hexagonal irregular, tenía dos entradas principales, una dirigida hacia la Plaza de Oriente y otra hacia la que se conocía popularmente como la Plaza del Barranco.
Su interior, con dos salones de baile, acogía a 2.200 personas en el auditorio principal. Entre otras estancias, disponía de cafetería, guardarropa, tocador, tres áreas de descanso y zona de pastelería. Todo ello copiado de otros teatros europeos de renombre, como el Teatro La Scala de Milán o el San Carlo de Nápoles.
Los interiores fueron decorados por los artistas más importantes de la época, con pinturas en los techos de la Gran Sala de Eugenio Lucas, o el telón que cierra o abre el escenario, obra del decorador francés Humanité-René Philastre.
Reformas posteriores
El declive del teatro comenzaría en 1867 debido a un incendio. Tras “La Gloriosa” revolución de 1868, se produjo el exilio de la reina Isabel II. Estos hechos influyeron en el nombre del Teatro Real, que pasó a denominarse el Teatro Nacional de la Ópera, pero lograría reconstruirse por completo.
Por desgracia no acabaría ahí su suerte. En 1925 un mal asentamiento del edificio debido a una mala cimentación, provocó un derrumbe. Las obras de metro cercanas suspendieron la temporada e hicieron que se cerrara el edificio durante 41 años por riesgo de hundimiento. A pesar de ello, siempre hubo un proyecto de remodelación, con Antonio Flórez Urdapilleta, que junto a Pedro Muguruza, recalcularon la posible estructura de hormigón para sanear el edificio.
La crisis que provocó el periodo de la Guerra Civil Española, hizo retrasar las obras. En 1936 se había consolidado la parte estructural, pero no el interior. Esto se vio agravado por daños extra provocados por una explosión, ya que el Teatro Real de Madrid se utilizaría de polvorín durante dicho periodo.

Reconstrucción del Edificio
El periodo de la postguerra fue muy complicado. Los trabajos de reconstrucción no se retomaron hasta 1940, cuando impulsados por Luis Moya y Diego Méndez González, intentaron acabar los diseños de Antonio Flórez. No obstante, las dificultades económicas que atravesó el proyecto, paralizarían las obras hasta 1961.
El paso de los años, el pasado del edificio y sobre todo la sensación de que era imposible acabarlo dotándolo de instalaciones modernas, planteó la posibilidad de demolición, e incluso se convocaría un concurso promovido por la Fundación Juan March, para realizar un nuevo teatro en el Paseo de la Castellana.
Si bien es cierto jamás se realizó, paralelamente el edificio actual se remodelaría como sede del Conservatorio de Madrid y Escuela de Arte Dramático, para servir de sala de conciertos de la Orquesta Nacional. José Manuel González Valcárcel se encargó de la reconstrucción, logrando que desde su reinauguración en 1966 fuera el epicentro de toda actividad sinfónica de la capital.
El Nuevo Teatro Real
A pesar de las reformas, las comparaciones siempre son odiosas. La necesidad de equiparar las instalaciones a los teatros más importantes de Europa, acechaban en cada esquina. Incluso después de ser declarado Monumento Nacional en 1977, la sombra de la modernización siempre rondó por sus paredes.
En 1988 el teatro pararía su actividad celebrando un último concierto el día 13 de octubre. Tras un largo estudio del entorno y de la propia edificación, se concluyó cerrar las instalaciones y proceder a la recuperación del que tenía que ser el Teatro más emblemático del país.
Las obras se iniciaron el 2 de enero de 1991. De nuevo el mismo arquitecto de la anterior reforma, José Manuel González Valcárcel sería en encargado de la renovación. Las obras terminarían en 1995, aunque la parte organizativa y artística no acabaría hasta dos años después. Tras casi 7 años de reformas, desde el 11 de octubre de 1997 vuelve a servir para el propósito que fue imaginado.

Partes del Teatro Real de Madrid
El interior del edificio destaca por su caja escénica de 1472 m2. Los cambios de decorado se realizan a través de 18 plataformas articuladas, permitiendo incrementar o reducir el aforo según la representación, dando lugar a un máximo de 1746 butacas dependiendo del foso de la orquesta. A su alrededor dispone de 28 palcos más el Palco Real de doble altura.
La conocida como “La Rotonda”, la parte abierta al público, rodea por completo la edificación. Posee cuatro salones decorados con elementos de Patrimonio Nacional y del Museo del Prado. Su decoración es variada, destacando las lámparas de bronce de la Real Fábrica de la Granja.
Los 65.000 m2 de los que dispone el teatro se dividen en diferentes espacios, pero los principales son:
Auditorio principal
- Con un espacio escénico de aproximadamente 600 m2, la zona del proscenio se inclina hacia la parte de butacas, con tres anfiteatros y un cuarto denominado “El Paraíso” que aprovecha las obras de ampliación de los años 20. En frente del escenario se sitúa el Balcón Real.
Salón Arrieta
- En la segunda planta, se trata de un salón de recepciones de muy alto nivel, destacando las decoraciones interiores realizadas por la Real Fábrica de Tapices o la lámpara en el techo que antiguamente decoraba el Palco Real. Se puede alquilar para acoger hasta 900 invitados, en el que se incluirían los salones contiguos de Felipe V, Carlos III, el Salón Vergara y la Sala de Baile.
Salón Falla
- Justo a la entrada del Teatro, en la segunda planta, se encuentra esta estancia perfecta para exposiciones, recepciones o diversos eventos, cuya característica principal es el balcón con las vistas hacia la Plaza de Oriente y el Palacio Real.
Café de Palacio
- Sala ubicada en la sexta planta, con un gran espacio multidisciplinar, con asientos en grada y gran pantalla, que suele hacer las veces de lugar de presentaciones, juntas, catas o cócteles, que puede juntarse con la Sala Gayarre. Además, sus vistas desde la altura son espectaculares, pero destaca su decoración interior, con obras cedidas por el Museo Reina Sofía.
Hall principal
- También conocido como Foyer, es un espacio a la entrada del teatro que sirve para recibir a los invitados. Con tres alturas, se ha convertido en un lugar perfecto para realizar recepciones.
Sala Gayarre
- Una segunda sala de conciertos enfocada a recitales privados, que puede reconvertirse en estancia para realizar conferencias o eventos de naturaleza empresarial.
Caja escénica
- Es la zona de preparación de la función, que incluye 9 plataformas para cambiar y mover las escenografías, la tramoya, cuyas varas motorizadas ayudan a la elevación vertical de los escenarios y que desemboca directamente al escenario.
Zonas de trabajo
- Camerinos, estudios, salas de coro o de ensayo para puesta en escena o la sala de Ballet, junto con los diferentes almacenes y oficinas administrativas, conforman el resto de estancias del teatro.

Obras y Representaciones en el Teatro Real de Madrid
Históricamente las obras de Verdi han sido las más representadas. Pero grandísimos artistas han hecho acto de presencia en los años que ha estado abierto. Desde Wagner a la Filarmónica de Berlín con Richard Strauss a la cabeza del concierto, han sido los nombres más representativos en la historia del Real.
Las voces más prestigiosas del siglo XIX se hicieron hueco entre sus paredes. Los grandes directores de su tiempo, acompañarían a las sopranos más reconocidas del mundo. Bailarines de renombre también han dado sus pasos en el escenario del teatro, tales como Nijinsky o el propio Igor Stravinski dirigió su Petrushka en el primer cuarto del siglo XX.
Hoy en día, comedia, drama, ballet y ópera comparten escenario. Desde obras clásicas como el Cascanueces, y el Ballet de la Ópera Nacional de París, a cantantes modernos como David Bisbal o conciertos de las grandes bandas sonoras del cine.
Curiosidades del Teatro Real
- En 1854 Emilio Castelar pronunció uno de sus grandes discursos desde uno de los palcos del teatro.
- El teatro ha acogido el único Festival de Eurovisión celebrado en España en 1969, con victoria de la cantante Massiel con su canción “La, la, la”. Incluso el pintor Salvador Dalí realizó el escenario.
- A pesar de que el teatro pertenece al estado, en 2012 se cedió, por el consejo de Ministros, una concesión a la Fundación del Teatro Real para gestionar el edificio durante 75 años.
¿Dónde está el Teatro Real de Madrid?
- Se encuentra en la Plaza de Isabel II s/n, 28013 - Madrid
- La parada más cercana es en metro, estación Ópera (Línea 2) que deja en la puerta, autobús 25 y 39 y Bicimad estación 24.
HORARIOS Y PRECIOS
- Para conocer los horarios y precios de las diferentes funciones lo mejor es acceder a su web oficial.
MONUMENTOS CERCANOS

Real Monasterio de la Encarnación
Fundado por la Reina Margarita de Austria en 1611, el Monasterio de la Encarnación es uno de los monumentos más destacados del centro de Madrid.

Palacio Real de Madrid
El Palacio Real de Madrid es Palacio más grande de Europa Occidental por encima del Palacio de Versalles o el Palacio de Buckingham. También llamado

Estatua de Felipe IV
Realizada en bronce en honor a Felipe IV, rey de España. Se trata de un conjunto escultórico ubicado en el punto central de la Plaza

Plaza de Oriente
Ubicada en la cara este del Palacio Real de Madrid, de ahí su nombre, es una plaza monumental delimitada por el propio palacio, el Convento