A los pies del Palacio Real, los Jardines del Campo del Moro ocupan toda la explanada oeste, desde su fachada hasta la Ribera del Manzanares. Junto con los Jardines de Sabatini y la Plaza de Oriente, complementan perfectamente el entorno de la antigua Corte Real.
Campo del Moro
Antecedentes al Campo del Moro
Ya en el siglo XVI, Felipe II ordenaría adquirir los terrenos colindantes al antiguo Alcázar de Madrid. Su intención, construir una zona de ocio para la realeza que, por desgracia, no llegaría a realizarse debido a la orografía del terreno. El desnivel que había desde la fachada del Alcázar hasta la Rivera del Manzanares, constituía una obra faraónica que por motivos técnicos y económicos no se llevó a cabo.
Felipe IV durante su reinado, también realizaría un intento de revitalización de la zona, plantando diferentes arboledas y utilizando el lugar como coto de caza, a pesar de las limitaciones de agua y de la crisis económica que atravesaba la corona. Tras recibir el regalo del Parque del Buen Retiro por el Duque de Olivares, el Campo del Moro quedaría en deshuso. Incluso Felipe V encargaría un proyecto de adecuación de la zona que tampoco se realizó.
Tras el incendio del Real Alcázar, la zona quedó en el olvido. Sería en tiempos de Carlos III cuando se realizaron de nuevo diferentes estudios de la zona. Los arquitectos encargados de levantar el nuevo Palacio Real de Madrid, con Juan Bautista Sachetti y Francisco Sabatini a la cabeza, realizarían proyectos de adecuación de la zona, aunque ninguno de ellos se llegaría a concretar.
Diseño de los Jardines
Las ideas avaladas para los jardines de 1746 y 1747, no se adaptaban al terreno disponible. No se llegaría a realizar la idea de adecuación clásica de los jardines ni ninguna otra actuación hasta que Juan de Villanueva excavaría el llamado Túnel de Bonaparte en 1810.
A pesar de que dicha obra solucionaba la conexión del Palacio Real con la Casa de Campo, los jardines del Campo del Moro seguían presentando cierta dificultad en su proyección completa.
No sería hasta el reinado de Isabel II, cuando se contrató a Narciso Pascual y Colomer, que ya había realizado el trazado de la Plaza de Oriente, para que remodelara definitivamente la zona.

Construcción del Campo del Moro
Organizados mediante una avenida central, la intención del arquitecto siempre fue la de resaltar la fachada oeste del Palacio Real. Aprovechando los escombros que aportaron la demolición de diferentes iglesias y viviendas tras las reformas de la Puerta del Sol, se consiguió solventar el problema del desnivel, realizando una especie de rampa que llegara hasta la base del propio Palacio Real.
Esta solución permitía realzar y entender la historia del Palacio Real desde la perspectiva, ensalzando las virtudes del edificio referencia de la Casa Real.
La llamada Pradera de las Vistas del Sol, serviría como conexión hasta el río, la cual ejercería como eje central, sobre el cual se extenderían paseos paralelos y perpendiculares. En los puntos centrales se colocarían fuentes monumentales, acrecentando el estilo formalista del autor.
Reformas posteriores
La construcción de los jardines tuvo que detenerse por la Revolución de 1868. El exilio de Isabel II retrasó las obras casi dos décadas. Durante la Regencia de María Cristina de Habsburgo, el parque retomaría sus obras de construcción, contratando a Ramón Oliva para su terminación desde 1890.
Este último sería el jardinero encargado de la vegetación del parque. Se plantaron 400 palmeras, y cerca de 12.000 rosales, para complementar los otros 12.000 arbustos de pinos, plátanos y robles que se pueden ver en el lugar. Las casi 20 hectáreas de los jardines se convertirían en un refugio perfecto de tranquilidad y paz.
Desde 1898 el Campo del Moro presenta también construcciones particulares como son la Casa del Corcho y el Chalet de la Reina, en estilo tirolés, que diseñó Enrique Repullés Segarra. Por suerte, sobrevivieron a los daños que se produjeron durante la Guerra Civil española, ya que el jardín sufrió importantes desperfectos.
En 1960 se reconstruyó, levantándose el último edificio en su interior, el Museo de Carruajes de Madrid, que vino a sustituir a las destruidas caballerizas reales que se ubicaban en los Jardines de Sabatini. Ramón Andrada fue el encargado de esta última edificación.
Elementos remarcables en la visita al Campo del Moro
Para realizar una visita completa, no podemos pasar de largo sin recorrer algunos de sus puntos remarcables, que, por su peculiaridad o historia, merecen la pena en nuestro paseo por el Campo del Moro:

Fuente de los Tritones
- La fuente monumental más antigua de España que aún se conserva. Ocupa su lugar en el Campo del Moro desde 1846, pero desde 1657, se ubicaba en el Jardín de la Isla en Aranjuez. Fue un encargo de Felipe IV, para realizar una copia en mármol de una que había en los Jardines de la Reina en el Palacio del Buen Retiro.
- Se desconoce el autor de la obra y su nombre proviene de la ornamentación de tritones.

Fuente de las Conchas
- Encargada a Ventura Rodríguez para decorar el Palacio del Infante Don Luis en Boadilla del Monte, fue realizada en mármol blanco por los escultores Felipe de Castro y Manuel Álvarez, terminándose en 1776.
- Los herederos del infante, se la regalarían a Fernando VII y su esposa María Cristina, que la ubicaron en la Real Quinta de Vista Alegre, hasta que Narciso Pascual y Colomer realizó su proyecto de rehabilitación del Campo del Moro. Se dispuso en su localización actual en 1845, recibiendo su nombre de las conchas que sujetan los tritones de la decoración.

Chalet de la Reina
- Enrique Repullés Segarra, Arquitecto Mayor de Palacio y Reales Sitios, diseñaría este pequeño pabellón de recreo para el Paseo de Damas en el interior de los jardines.
- Su construcción de tipo tirolés, debido a la pendiente de los tejados y la estructura de madera a cara vista, cuenta con salón principal, tocador y un baño, además de una pequeña capilla en su interior.

Chalet del Corcho
- Fue construido tras la última reforma del Campo del Moro y su autor, Ramón Andrada, levantó diferentes módulos hexagonales, ampliables a petición de Patrimonio Nacional. Desde la década de los 90 del siglo XX está cerrado al público.
- Por desgracia su conservación no ha sido la prioridad de Patrimonio Nacional, a quien corresponde el cuidado de los bienes vinculados a la corona. El interior se encuentra vacío y su autor también fue Enrique Repullés Segarra.

Museo de Carruajes
- Fue construido tras la última reforma del Campo del Moro y su autor, Ramón Andrada, levantó diferentes módulos hexagonales, ampliables a petición de Patrimonio Nacional. Desde la década de los 90 del siglo XX está cerrado al público.
- Su colección, que incluye la silla de Manos de Carlos III, la Carroza de los marqueses de Alcántara o la Berlina de la corona, está a la espera de reubicarse en el Museo de Colecciones Reales junto a la Plaza de la Armería.

Túnel de Bonaparte
- Juan de Villanueva construyó este acceso de conexión cuya entrada se encuentra bajo las escaleras a la entrada de la Virgen del Puerto, lo que antaño era el Camino Viejo de Castilla. La gruta fue excavada para unir el Palacio de los Vargas en la Casa de Campo con el Palacio Real. Fue abierta al público desde 1931, pero la Guerra Civil lo convertiría en almacén de abastecimiento y munición.
- Tras la construcción de la M-30 quedó en el olvido, hasta que el soterramiento de la misma lo ha devuelto a su función histórica. Hoy en día se está trabajando para que sea de nuevo visitable.
¿Por qué se llama el Campo del Moro?
En 1809 esta zona no poseía nombre. Los promotores de los jardines, entre ellos Juan de Villanueva, acudirían a sucesos históricos para poder nombrar el descampado oeste del Palacio Real de Madrid.
En aquella zona, en el año 1109, Alí Ben Yusuf acamparía con su ejército musulmán en la base del Real Alcázar con la intención de reconquistar Madrid a los cristianos. El emir almorávide dispuso a sus tropas tras la muerte de Alfonso VI, pero a pesar de la resistencia que ofrecieron, el hambre y la enfermedad vencieron al caudillo musulmán causando su derrota.
Hoy este lugar es Monumento de interés histórico-artístico desde 1931, uno de los parques más recomendables en nuestra visita a la Capital y un paseo exquisito fuera del bullicio del centro. Se pueden disfrutar sus pavos reales, sus árboles centenarios y sus fuentes.
A pesar de estar colindante al Palacio Real, y tener tres entradas distintas, la de la Cuesta de San Vicente y la Cuesta de la Vega están cerradas, quedando como único acceso a través de la entrada del Paseo de la Virgen del Puerto, lo que lo deja separado por completo del antiguo Madrid de los Austrias.
¿Dónde está el Campo del Moro?
Horarios y precios del Campo del Moro
- De octubre a marzo abre de 10:00 h. a 18:00 h. De abril a septiembre abre de 10:00 h. a 20:00 h.
- El Parque es gratuito, aunque hay zonas cerradas al público.
MONUMENTOS CERCANOS

Jardines de Sabatini
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