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Ubicada en la cara este del Palacio Real de Madrid, de ahí su nombre, es una plaza monumental delimitada por el propio palacio, el Convento de la Encarnación y el Teatro Real. Es famosa por su conjunto escultórico de los antiguos reyes de España y la estatua de Felipe IV en el centro de su trazado.

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Estatua de Felipe IV

Antecedentes a la Plaza de Oriente

Cuatro años después del incendio del Real Alcázar de Madrid, el Rey Felipe V ordenaría la construcción de un palacio acorde a su época. Para tal cometido se contrató al arquitecto italiano Filippo Juvara, pero tras su muerte se encargaría su discípulo, Juan Bautista Sachetti, que incluiría entre los diseños la rehabilitación de la zona este del palacio, acabándose en una zona ajardinada que no se llegaría a realizar.

El proyecto caería en el olvido, pero se retomaría unos años después. Fue durante la Guerra de la Independencia, cuando el hermano mayor de Napoleón, José Bonaparte ocupó el trono de España. Durante su reinado, de casi cinco años, llegaría a embarcarse en numerosos proyectos urbanísticos, derribando diferentes edificios y abriendo espacios en las calles de Madrid. Estos hechos llevarían a José I a ser conocido como el Rey Plazuelas. Concretamente en esta plaza quería realizar su particular visión de Versalles para resaltar el Palacio Real, comunicándolo directamente con una gran avenida hasta la Puerta del Sol.

Así pues, desde 1808 se comenzaría con el derribo de algunas construcciones aledañas al Palacio Real. El proyecto de la plaza, eso sí, no llegaría hasta el reinado de Fernando VII, cuando se contrató al arquitecto Isidro González Velázquez, para dar forma a aquellos anhelos de ordenación majestuosa.

Diseño de la Plaza de Oriente

La falta de recursos económicos de la corona, provocada por una época de posguerra y la política adoptada por el rey, impidieron llevar a cabo los diseños iniciales. Estos incluían una superficie semicircular, con seis manzanas en su trazado, rodeando un nuevo teatro que sustituyera a la antigua corrala en mal estado, para que la realeza pudiera disfrutar de los espectáculos.

Sí que se nivelarían las tierras y se iniciaría la construcción de ciertas edificaciones que rodeaban el perímetro de la plaza, pero sobre todo fueron obras menores que no llegaron en ningún momento a dar vida a la visión propuesta.

Tras el derribo del antiguo Teatro de los Caños del Peral, el proyecto del Teatro Real de Madrid recayó en Antonio López Aguado en 1818. Pero de la misma forma que la construcción del nuevo teatro no avanzaría hasta 1830, la Plaza de Oriente tampoco se llevó a cabo.

Visitar la Plaza de Oriente en Madrid

Construcción de la Plaza de Oriente

No fue hasta la llegada al trono de Isabel II cuando la transformación de la Plaza de Oriente despegó realmente. En 1836 se retirarían las construcciones del contorno de la plaza, levantadas por Fernando VII, con la intención de dar más protagonismo al edificio del Teatro Real.

En 1842 el proyecto de remodelación fue dando vuelcos. Los arquitectos Fernando Gutiérrez y Juan de Ribera Piferrer, realizaron una ordenación urbana, barajando la posibilidad de realizar la plaza de forma rectangular con cabecera curva. Además, se incluirían diferentes elementos, como la Estatua de Felipe IV en el centro, que efectivamente se colocaría en 1843.

El giro radical vino tras la contratación del arquitecto Narciso Pascual y Colomer, que dio el empujón definitivo a las obras. Realizó el diseño final del conjunto en 1844, siempre condicionado por la fachada neoclásica del Teatro. Se redujo el número de manzanas de seis a dos, y desde 1851 se comenzaron a edificar los edificios aledaños destinados a viviendas que vemos en nuestros días.

Estatuas de la plaza de Oriente

Durante la construcción del Palacio Real por parte de Fernando VI, se encargaron 94 estatuas para colocar en la fachada del palacio y con el objetivo de recordar a los reyes de antaño y dar continuismo a la realeza, ya que Fernando era el primer Borbón tras la Guerra de Sucesión española.

Bajo supervisión de Domenico Oliveiri y Felipe de castro, los escultores de la corte, desde 1743 a 1751 realizaron el proyecto. El inconveniente vino a la hora de colocarlas, ya que el peso propio de la piedra caliza no sería soportado por la fachada. Por ello se decidió repartirlas por la superficie de Madrid, aunque acabaron situadas en varias zonas de España.

Las 44 estatuas que se dispusieron en la Plaza de Oriente aguantaron formando un círculo alrededor de la estatua de Felipe IV hasta el año 1927 con una nueva ordenación de Juan Moya. En aquella fecha se retiraron a la Avenida de Argentina del Parque del Retiro, aunque veinte sobrevivieron a la mudanza.

Estatuas de Madrid

Reformas posteriores de la Plaza de Oriente

Entre 1941 y 1943, Manuel Muñoz Monasterio se encargaría de reformar los jardines de la plaza estableciendo la ordenación que vemos actualmente. Siempre tomando como elemento central la estatua de Felipe IV, se formarían 7 cuadrículas o parterres alrededor de los cuales se construyeron tres jardines distintos.

En la nueva ordenación, se colocaron veinte de las estatuas que había anteriormente, dispuestas diez a cada lado, en dos hileras rectas, que harían de elementos de separación natural con el resto de la formación de la plaza.

En 1996, la idea de soterramiento de la calle Bailén y de la peatonalización de la zona, llevó a Miguel de Oriol e Ybarra a realizar la última de las actuaciones en la plaza. Se construyó un aparcamiento subterráneo a la vez que se dio un lavado de cara con una nueva pavimentación empedrada. Hubo polémica ya que se descubrieron restos arqueológicos, que en parte quedaron destruidos. Hoy podemos observar en el propio aparcamiento los restos de una atalaya musulmana del siglo XI que en su día perteneció a la muralla de Madrid.

Distribución de los Jardines de Oriente

La plaza en sí se divide en tres cuadrantes. Los jardines centrales se elevan como el principal, presidido por la estatua de Felipe IV. Tanto por el norte como por el sur, se encuentran los Jardines del Cabo Noval y los Jardines de Lepanto, delimitados del principal por las estatuas de los reyes que hay alrededor de la escultura ecuestre.

Con un uso recreativo para el visitante, es un placer dar un paseo entre los cipreses, los setos tipo boj, los tejos de las esquinas o las plantaciones de plátano. Ambos jardines cuentan con una fuente artística entre las formas geométricas de su ajardinamiento y con magnolios.

Por la parte norte delimitan con la calle de San Quintín, donde comienza el Monasterio de la Encarnación, y por la parte sur con la calle Requena, donde está la Escuela Superior de Música Reina Sofía.

¿Dónde está la Plaza de Oriente?

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