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La Gran Vía es la calle más famosa de Madrid y una de sus vías más emblemáticas. Su longitud, desde la Calle Alcalá hasta la Plaza de España, está llena de comercios, cines y teatros, lo que le ha llevado al apodo del “Broadway Madrileño”.  Un lugar imprescindible que recorrer si vienes de visita a la capital española.

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Gran Vía

Antecedentes a la Gran Vía

El crecimiento de la población no hacía más que incrementar un problema de espacio en el casco histórico de Madrid a mitad del siglo XIX. Las limitaciones establecidas por la antigua Cerca de Felipe IV, habían dispuesto a lo largo de los años un entramado de calles en el casco histórico que hacía muy complicada la expansión hacia la parte noreste de Madrid.

Para solventar ese problema no sólo de falta de superficie, sino de acceso a la misma, fue durante la época de Isabel II, cuando se proyectaría un ensanche de la ciudad. Esto permitiría la conexión de la capital con sus zonas limítrofes, más allá de las lindes que controlaban el acceso a la Capital desde 1625 en aquel Madrid Medieval.

Concretamente el 14 de abril de 1857, se publicó un Real Decreto en el cual el ministro de Fomento, Claudio Moyano, autorizaría la realización de un proyecto, bajo las órdenes de Carlos María de Castro, para “liberar” Madrid de aquella congestión. Tras dos años de estudio por parte del ingeniero, la Reina lo firmaría el 19 de julio de 1860, dando autorización al comienzo de las obras.

Primeros intentos de ensanche

Basado en los trabajos que Ildefonso Cerdá había proyectado en Barcelona, De Castro imaginó una retícula de manzanas ortogonales, con las esquinas de los edificios achaflanadas, avenidas amplias y zonas verdes, que cubrieran los cálculos de crecimiento demográfico para las siguientes décadas.

El plan, no obstante, comenzó a ejecutarse muy lentamente. Aprovechando las obras de remodelación de la Puerta del Sol, que habían prolongado la Calle Preciados hasta la Plaza del Callao, se comenzaría por remodelar dicha zona hasta la actual Plaza de España. Para ello se llegó a expropiar más de 30 solares desde 1862 a 1868, pero tras la Revolución de aquel año, se paralizaron por completo los trabajos.

No sería hasta 1886 que Carlos Velasco realizaría otro proyecto. Esta vez titulado el Proyecto de Prolongación de la Calle Preciados, realizó un diseño de eje transversal entre la Calle Alcalá y la actual Plaza de España. Pero problemas de presupuesto, oposición popular y, sobre todo, la muerte del arquitecto en 1888, dejaron esta opción en el olvido.

Calles principales de Madrid

Proyecto de la Gran Vía de Madrid

El impulso definitivo a las obras se produjo tras la Ley de Reforma Interior de 1895. En 1897, los arquitectos José López Sallaberry y Francisco Andrés Octavio Palacios, rehicieron el proyecto de ejecución de aquella prolongación. Unirían, por fin, la zona del Barrio de Salamanca con el Barrio de Argüelles, saneando el conjunto de la parte centro, convirtiendo su conexión en uno de los ejes principales de Madrid.

Eso sí, por diferentes motivos, las obras no comenzarían hasta bien entrado el siglo XX. Problemas de plagio de ideas con el proyecto de Velasco, o la oposición de los vecinos de la zona no dejaron realizar las intervenciones hasta el día 4 de abril de 1910.

Con la presencia del Alcalde de entonces, José Francos Rodríguez, el Rey Alfonso XIII y el Presidente del Gobierno, José Canalejas, comenzaron las tareas de demolición. Todo comenzó en la antigua Plaza de la Paja. La Casa del Cura junto a la Iglesia de San José fue la primera en caer. La conversión hacia una nueva metrópoli más moderna y funcional estaba cada vez más cerca.

Construcción de la Gran Vía

La transformación de una pequeña corte en una gran ciudad no era de solución sencilla. El proyecto se levantaría en tres fases bien diferenciadas:

Fase 1 de Gran Vía

Primera Fase

Se realizó desde 1910 a 1915 por Martín Albert Silver. La zona de actuación comprendía remodelar desde la Calle Alcalá hasta la zona de confluencia de la calle Montera con Fuencarral y Hortaleza. La llamada Red de San Luis, donde se ubicaba un antiguo mercado de abastos, quedaría sustituida por seis nuevas manzanas con los edificios y rascacielos más altos de Madrid.

Durante su ejecución, se tuvieron que demoler importantes edificaciones como el Colegio de Nuestra Señora de la Presentación, el Palacio Masserano, el Palacio de la Duquesa de Sevillano o la Casa del Ataúd. Desaparecieron calles completas como la de San Miguel, y otras nueve quedaron totalmente remodeladas para conexionarlas con el nuevo trazado. Si bien es cierto que su concepción original era en línea recta, quedó modificada por la necesidad de conservar el Oratorio del Caballero de Gracia. Al final se trazó de forma curva para salvar el templo construido por Juan de Villanueva.

Tras su finalización, la entonces denominada Avenida B, no se abriría hasta 1917. Tras la muerte del Alcalde que había promovido las subastas de derribos de dicho tramo se le concedería su nombre: Avenida del Conde de Peñalver. A lo largo de su longitud se levantaron algunos de los edificios más emblemáticos del Madrid de entonces, el edificio Metrópolis, Grassy, la Gran Peña, Astrearena, el edificio Zuazo o la desaparecida Sede de los Almacenes Rodríguez.

Fase 2 de la Gran Vía

Segunda Fase

Ejecutada desde 1917 a 1922, este tramo incluía actuaciones desde la Red de San Luis hasta la Plaza del Callao. Demoliendo el antiguo trazado de la calle Jacometrezo, pero siguiendo sus líneas hasta la calle Montera, se llegaron a demoler 125 fincas, desapareciendo las calles de San Jacinto, Leonés y la antigua Travesía del Desengaño. Era la parte propuesta más ancha de todo el recorrido que ocupaba doce manzanas.

El denominado “el Boulevard”, con un espacio arbolado central, se tuvo que suprimir por el creciente número de vehículos de los años veinte y el aumento del tráfico de la zona. No obstante, sí que se llegaron a levantar edificios de renombre como el edificio de Telefónica, el primer rascacielos de Europa, el hotel Gran Vía, el edificio de la Casa del Libro, la casa Matesanz o el desaparecido Teatro Fontalba.

Al mismo tiempo se construyó la línea 1 de metro, con la antigua estación de Gran Vía inaugurada en 1919. En esta parte, Horacio Echevarrieta terminaría las obras empezadas por Martín Albert Silver en 1922, quedando denominada como Bulevar de Francisco Pi y Margall, en conmemoración del que fuera Presidente de la Primera República Española.

Fase 3 de Gran Vía

Tercera y última fase

En un principio fue proyectada para seguir en línea recta por la calle Jacometrezo, y unir las dos partes anteriores con la Cuesta de San Vicente a través de la Plaza de Santo Domingo. El trazado se rectificó con maestría hacia la antigua Plaza de San Marcial, conexionando el conjunto con la calle Princesa, pero hizo desaparecer, por ejemplo, el Mercado de los Mostenses o la antigua Casa Profesa.

Los trabajos comenzaron en 1925 y terminaron en 1932. Fue el tramo más difícil de los tres, ya que no había una senda que seguir, como la calle de san Miguel en la primera fase o Jacometrezo en la segunda. Además, la propuesta de 25 metros de anchura de calle acabó convirtiéndose en 35 como la de la parte del bulevar.

Tras su construcción, se levantaron edificios impresionantes, como el edificio Carrión o el edificio España. A este tramo, conocido primeramente como Avenida A, se le adjudicó el nombre de Eduardo Dato, por el Presidente del Consejo de Ministros español que murió debido a un atentado en 1921 frente la Puerta de Alcalá.

Reformas posteriores

La Gran Vía no ha cambiado mucho en su concepción a lo largo de los años. Sí que es verdad, que se le han cambiado los nombres en muchas ocasiones, sobre todo durante la Guerra Civil, siendo conocida como la Avenida de la CNT, la Avenida de Rusia, La Avenida de la Unión Soviética, Avenida de los Obuses, Zona del Bulevar, Avenida del Quince y Medio, Avenida de México y hasta 1981 se denominó Avenida de José Antonio. Desde la Transición española se le concedió el nombre de Gran Vía de Madrid.

En 1970 se inauguraron los andenes de la línea 5 de metro que también pasaba en su trazado por Gran Vía. La estación de José Antonio también cambiaría de nombre en 1984 de nuevo a la actual de Gran Vía, aunque durante su construcción se desmontó el templete original con ascensores obra de Antonio Palacios.

La última reforma fue concebida a finales de 2017. Tomando como referencia su historia y la idea de ser un espacio abierto para los madrileños, se han ampliado las calles peatonalizando desde marzo de 2018 parte de los carriles de circulación de vehículos, aportando más anchura a las aceras. Desde verano de 2021, además, está abierta la nueva estación de metro restaurada, accesible y dotada de los últimos avances tecnológicos.

¿Dónde está la Gran Vía de Madrid?

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