Seguro que nos hemos encontrado muchísimas esculturas de bronce con multitud de rituales viajeros a lo largo de nuestro viaje, que nos han arrancado una sonrisa cuando los hemos conocido. Uno de los habituales es aquel que dice que hay que tocar una parte de una estatua, siempre con la opción de volver al lugar que visitamos, simplemente porque nos traerá suerte, o porque si no lo hacemos algo malo ocurrirá.
Sea como sea, esos momentos tan divertidos que hemos vivido con los mejores guías de Europa son irrepetibles. Por ello, desde BuscaFreeTour reunimos aquellas esculturas en bronce a tocar más conocidas, las que nos hemos encontrado por doquier no sólo en Europa, sino en todas partes del mundo, siempre con la misma intención, recordar sus leyendas, su historia y el buen hacer de nuestros guías.
No están todas las que son, pero os presentamos un compendio maravilloso de estas pequeñas historias, que harán las delicias de aquellos que han tenido la suerte de visitar los lugares donde se encuentran estas esculturas de bronce.
ESCULTURAS DE BRONCE FAMOSAS CON LEYENDAS
¿Cómo reconocer las esculturas de bronce más famosas?
Las esculturas de bronce famosas suelen ser reconocibles por ser muy oscuras con una parte dorada. El bronce es una aleación de cobre con estaño, estando este último en una proporción del 3 al 20 %, aunque puede llevar otros metales. Hay muchas mezclas, puesto que se pueden realizar con aluminio (cuproaluminio), con arsénico (bronce arsenical) o con cobalto, plata, antimonio, plomo y zinc.
El color varía dependiendo del porcentaje de estaño en la mezcla, o de los otros elementos empleados en la aleación, aunque para la realización de las estatuas habituales, el resultado suele ser un gris muy oscuro. Resisten muy bien la intemperie y la oxidación, lo que lo hace un material perfecto para realizar esculturas al exterior.
Los elementos a tocar suelen tener apariencia dorada, ya que con el contacto se va lustrando la parte correspondiente, dándole ese color oro tan característico que para muchos se convierte en una llamada inevitable de acercar la mano. Por ello, pasamos a enumerar algunas de esas esculturas de bronce famosas:
1. La teta de Julieta en Verona

Entre Milán y Venecia está Verona. Ciudad inmortal gracias a Shakespeare por su obra de Romeo y Julieta, se ha convertido en una de las ciudades más románticas del mundo. Precisamente por este motivo, podremos visitar la casa de Julieta, asomarnos al balcón donde la hija de los Capuleto y Romeo declararon su amor, o disfrutar de la estatua de Julieta.
En el Patio del antiguo «Palazzo Dal Cappelo” del siglo XII, hay una representación del personaje femenino de Julieta, realizada por el escultor Nereo Constantini en 1972, cuya obra ha sido fotografiada en innumerables ocasiones, ya que la costumbre es tocar el pecho derecho de “Giulietta”, en la escultura.
Dicen que volverás a Verona, e incluso que encontrarás tu suerte y volverás en compañía. Eso sí, avisamos que Shakespeare jamás visitó Verona, y que el palacio se remodeló posteriormente a como está hoy en día. Como curiosidad, en Múnich, en frente del viejo Ayuntamiento, hay otra estatua de Julieta, del mismo autor que la de Verona, colocada en 1974. Te lo contamos en nuestro Free Tour Múnich Imprescindible.
2. Tumba de Victor Noir en París

En el Cementerio Père Lachaise de la capital francesa, el mismo en que fue enterrado Frédéric Chopin, Jim Morrison u Oscar Wilde, en la división 92, se encuentra la tumba de un periodista de nombre original Yvan Salomon, asesinado a los 21 años por un sobrino de Napoleón, Pierre Napoleón Bonaparte, en disputa por unas críticas hacia su querido tío abuelo que habían sido publicadas en el diario “La Marseillaise”.
El escultor Aimé-Jules Dalou realizó la tumba de este caballero, tras ser trasladados sus restos al cementerio en 1889. Se le representó tumbado en el suelo, con su gabardina puesta y su sombrero al lado, pero si hay algo que resalta de la composición es lo brillante que está la entrepierna de la escultura.
Lo que “sobresale” ha llegado a convertirse en la protuberancia más famosa de París. Se conoce que las señoritas, desde los años 60, se acercan a dejar una flor en el sombrero, a besar los labios del jovencito tumbado y restregar con la mano el área dorada, ya que se dice aumenta la fertilidad, ayuda a llevar una vida sexual plena e incluso a encontrar marido en menos de un año. Este Victor Noir de Bronce es toda una caja de sorpresas.
3. Estatua de Maimónides en Córdoba

Este pensador y escritor cordobés, fue conmemorado en 1964 por el escultor Amadeo Ruíz Olmos. La escultura de Mosén Ben Maimón fue colocada en la Plaza de Tiberíades, en pleno barrio judío de Córdoba, para recordar a aquellos que tuvieron que huir de su tierra por culpa de la religión, sea la que sea.
La estatua, diseñada como un anciano sentado en un pedestal, con un libro en su mano derecha, se perfila en una figura de aspecto tranquilo, cuyo calzado se encuentra más brillante que ninguna otra zona de la composición.
Esto se debe a que se cree que, si se tocan sus pies, se obtendrá parte de la sabiduría de este filósofo nacido en Córdoba, que intentó aunar las disciplinas de filosofía y teología, además de sentir una enorme sensación de paz.
La podrás ver con nosotros si realizas el Free Tour Córdoba Nocturna, ya que realizaremos un recorrido por la antigua judería.
4. El Toro de Wall Street

Creada por Arturo Di Modica, este regalo a Nueva York de 3.000 Kg fue colocado en Navidad de 1989 frente a la bolsa de Wall Street, para inspirar a cualquiera que llegara como inmigrante a la Capital del mundo y que a la vez fuera un símbolo de la prosperidad y optimismo. Fue en agradecimiento a su propia historia personal y de haber podido realizarse como escultor en la ciudad de los rascacielos.
Actualmente su ubicación está cercana a la original, en el parque de Bowling Green, como emblema de fuerza y poder de los estadounidenses. Se ha convertido en uno de los reclamos turísticos de la zona, ya que se dice que, si tocas cierta parte del toro, el dinero llamará a tu puerta y tus finanzas crecerán como las de los más fuertes inversores.
Para ello, solo hay que frotar los testículos del toro de Wall Street. Incluso hay quien lo hace con pasión usando las dos manos. Lo cierto es que cuando hablamos de fortuna económica toda superstición es poca para incrementar nuestros ingresos. Es una de las esculturas de bronce más famosas del mundo.
5. El hocico del Porcellino en Florencia

En Florencia, en las cercanías del Ponte Vecchio, un jabalí de bronce acapara las miradas de los turistas supersticiosos, ya que se puede ver como muchos de ellos tocan el hocico del jabato, esperando que la suerte acompañe en el futuro una vez acariciado.
Eso sí, la superstición toscana no acaba con tocar el hocico, sino que para comprobar si se cumplirá nuestro deseo de suerte, hay que colocar una moneda en su interior y ver si al caer, se introduce entre las rejas que hay en la base. Si es el caso seremos portadores de buena suerte. Además, sabremos que estamos ayudando, ya que recaudación está destinada a caridad, siendo donada a la institución católica de la Opera Madonnina del Grappa.
La figura del jabalí es conocida como la Fontana del Porcellino que en un principio iba a ser colocada como fuente en el Palacio Pitti. Fue un encargo de Cosimo I, pero Fernando II de Medici la ubicó junto al mercado, aunque la actual es una réplica. La original, Il Porcellino de Pietro Tacca de 1612, se encuentra en el Museo Bardini.
6. Estatua de Everard t'Serclaes en Bruselas

Aunque no es tan famosa como el Manneken pis, junto a la Grand Place de Bruselas, en la esquina de la Maison de l’Etoile, se encuentra este monumento dedicado a Everard t’Serclaes. Fue un concejal que liberó a la ciudad durante la Guerra de Sucesión del Ducado de Brabante, realizado por el escultor de Amberes Julien Dickens.
Muchos son los que se acercan a la esquina de la calle Charles Buls, a tocar el brazo de este símbolo de valentía o independencia, que consiguió que expulsaran a los flamencos de Bruselas. Este héroe fue asesinado por sus continuas embestidas a la clase alta, dando lugar a numerosas leyendas e historias, por ello se encuentra tumbado y en posición de estar malherido.
Una de esas leyendas dice que hay que tocar su brazo desde la cabeza hacia los pies, nos ayudará a conseguir la valentía de contraer matrimonio, por el contrario, hacerlo en la otra dirección nos dará la independencia y a conseguir separarnos de la actual pareja, así que ya sabéis, si visitáis la capital belga tocad en dirección correcta no vaya a ser.
7. La Nariz de Lincoln en Illinois

La Tumba de Abraham Lincoln en el cementerio de Oak Ridge en Springfield se ha convertido en un auténtico reclamo y uno de los Monumentos históricos Nacionales más importantes de estados Unidos. Al estar muy cerca del Cementerio Nacional de Arlington, acuden numerosos visitantes a rendir homenaje al decimosexto Presidente de los Estados Unidos.
El Mausoleo familiar dispone del panteón con un obelisco rodeado de escaleras y a la entrada, se encuentra sobre un pedestal el busto de Abraham Lincoln diseñada por Gutzon Borglum, el mismo escultor que hizo las cabezas del Monte Rushmore sobre la roca. En este caso se realizó la cabeza de Lincoln en bronce, lo que se puede comprobar fácilmente si la observamos, ya que la nariz está completamente dorada.
Tocar la nariz dicen que da suerte en tu vida, o al menos así atestiguan aquellos que han hecho la parada en la famosa “Route 66”, para conocer la historia de este antiguo abogado que llegó a Presidente de la nación.
8. Estatua de David Hume en Edimburgo

Si caminas por la Royal Mile de la capital escocesa, te encontrarás al comienzo de la calle, al lado de la Catedral de San Gil, una estatua de un filósofo, economista y pensador escocés del siglo XVIII. Fue uno de los escritores más influyentes de su tiempo, a pesar de que algunas de sus ideas fueran erróneas.
El trabajo lo realizó el escultor Alexander Stoddart en 1996, representando a este pensador sentado, con semblante serio, cubierto por una toga, con su pecho al descubierto y portando un libro en su mano diestra que apoya en su rodilla derecha. Pero, además, el pie derecho desnudo, sobresale de la escultura dejando entrever uno de sus dedos de un dorado intenso.
“The Lucky toe” o “dedo de la suerte” es el dedo gordo de dicho pie. Los estudiantes de filosofía lo tocaban para ver si parte del conocimiento de Hume se les transmitía, aunque ahora son los turistas los que anhelan parte de su saber. Es curioso como el propio David Hume luchó contra la superstición para acabar convertido en una.
9. Estatua de Čumil en Bratislava

Entre las calles Panská y Rybářská brana se encuentra esta pequeña estatua de Viktor Hulík, que se ha convertido en la escultura más famosa de toda Bratislava. Se trata del “hombre trabajando”, saliendo de su alcantarilla con los brazos cruzados, en actitud de tomarse un descanso, aunque hay quien dice que es para observar debajo de las faldas de alguna señorita.
Su nombre proviene del verbo eslovaco “Čumit”, que significa cotillear. También es conocida como “el vigía”, ya que vigila a todo transeúnte desde que se colocó en 1997, aunque también ha habido que vigilarla, ya que siendo tan pequeña y a ras del suelo, los camiones pasaban por encima. Por ello se colocó a su lado una señal de tráfico con la imagen de la estatua.
Si observamos, su casco está dorado, ya que dicen que si lo tocas trae suerte, aunque es más probable que sea por los numerosos niños que se sientan encima. Eso sí, las chicas de Bratislava dicen que, si las señoritas tocan su nariz, se quedarán embarazadas. Podrás verlo en nuestro Free Tour Bratislava Imprescindible.
10. Los cuatro músicos de Bremen

El artista alemán Gerhard Marcks, realizó en 1951 esta escultura para una exposición, que fue comprada por el Ayuntamiento de Bremen dos años después. Representa el cuento de los hermanos Grimm, en el que cuatro animales ancianos huyen antes de ser sacrificados, un burro, un perro, un gato y un gallo se encuentran y en un momento determinado, para amedrentar a unos bandidos, se suben uno encima del otro en ese orden.
En la fachada oeste del antiguo ayuntamiento se encuentra esta escultura, que, si observamos, tanto el hocico del burro en la parte inferior como sus patas se encuentran doradas. Hay quien dice que es para pedir un deseo, otros que para esquivar un tiempo la muerte y otros que es para volver a Bremen, a pesar de que en el cuento jamás sabemos si llegan a Bremen eso sí.
Si paseas por la Plaza del mercado podrás conocer también la placa conocida como el “Establo de los músicos de Bremen”, la cual es redonda con forma de alcantarilla en el suelo. Tiene una rendija, a través de la cual puedes echar una moneda y escucharás como en el cuento, el sonido de los cuatro animales de la estatua.
11. Indio Patagón en Chile

En el centro de la Plaza de Armas Muñoz Gamero de Punta Arenas en Chile, se encuentra el Monumento a Magallanes estrenado en 1920. En lo alto del pedestal de piedra, se encuentra la figura de bronce de este explorador y navegante portugués, nacido en las cercanías de Oporto. Pero es su base la que posee una figura de un indio patagón, incluida en el diseño de su autor Guillermo Córdova, la que le da reconocimiento mundial a la composición escultórica.
Fue el empresario José Menéndez el que quiso recordar el cuarto centenario del descubrimiento por parte de occidente del estrecho de Magallanes. La expedición que salió desde Sevilla en 1519, en busca de una ruta de navegación hacia las islas Molucas, descubriría el llamado Canal de Todos los Santos al año siguiente.
Se dice que un marinero a punto de partir, se tatuó la figura del indígena patagón en el pecho. Antes de embarcar, se acercó al original pidiendo fuerza y valor para llevar a buen puerto su empresa y se le ocurrió besar el dedo a la estatua. Meses después regresaría con éxito a tierra, lo que ha llevado al origen de la leyenda. Hay que besar el dedo del Indio Patagón si se quiere regresar a Punta Arenas.
12. Grgur Ninski en Croacia

Conocido por ser el obispo que introdujo el croata en las biblias cristianas, a costa del latín, su imagen es muy conocida en Europa Oriental. Originariamente esta estatua se ubicaba en el Palacio Diocleciano en pleno centro de la ciudad croata de Split, pero a día de hoy se puede ver a las afueras de la Puerta de Oro, frente a los jardines de la puerta norte de la muralla.
La realizó Ivan Mestrovic en el año 1954, representando a Gregorio de Nin, de pie, altivo, leyendo las escrituras que sujeta con su mano izquierda, mientras con la derecha su gesto aporta veracidad a su discurso y desafiando a la propia iglesia. Pero también se puede apreciar bajo su hábito, que sus pies llevan sandalias.
Por ello, sus dedos se encuentran descubiertos y si nos fijamos, el dedo gordo del pie izquierdo se encuentra muy brillante. Se dice que, si tocas esta parte de la escultura de bronce, podrás pedir un deseo y se cumplirá tu sueño como a San Gregorio, que, a pesar de su enemistad con el Vaticano, consiguió lo que se propuso.
13. Guardia fronterizo en Moscú

La estación de metro de la Plaza de la Revolución de Moscú, llamada Plóshchad Revolutsii, de la línea Arbatsko-Pokróvskaya, fue decorada con un diseño escultural increíble en las esquinas de los pilones. En su base, se aprecian 76 estatuas de bronce donde su creador, Matvey Mánizer, quiso recrear la historia soviética desde 1917 a 1937.
En el cuarto arco hay una estatua de un guardián fronterizo agachado, sujetando un fusil y protegiendo entre sus piernas a su perro, cuya nariz está bien brillante. Es muy normal ver pasear a los viajeros del metro y verles tocar la nariz, ya que se cuenta que si lo hacen les dará suerte durante todo el día.
Se supone que el modelo de la estatua fue el marinero Alexey Nikitenko, un héroe de la URSS, por ello los viandantes se animan, sobre todo estudiantes en época de exámenes, a intentar conseguir una pequeña ayuda, aunque sea de forma supersticiosa. Nosotros aun así creemos que lo mejor es estudiar. Podrás verlo con nosotros en el Tour por el Metro de Moscú.
14. San Juan Nepomuceno en Praga

En pleno Puente de Carlos, la primera estatua colocada en el mismo, de Jan Brokoff en 1683, presenta en su base una placa que nos recuerda la leyenda de San Juan Nepomuceno.
Se cuenta que el vicario del arzobispo de Praga, Juan de Nepomuceno, fue el confesor de la reina Sofía en época del rey Wenceslao IV. El rey, atribuyendo numerosos amantes a la reina, mandó a su esposa a confesarse y le pidió a Juan que le revelara los secretos de confesión. Este último, al negarse, fue ajusticiado y lanzado al río Moldava. La corriente lo arrastró, pero días más tarde regresó a contracorriente y al depositarse el cadáver en la orilla, cinco estrellas cayeron del cielo rodeando su cabeza a modo de corona.
Si nos fijamos en las placas de bronce, hay dos viñetas. La de la izquierda representa al rey acariciando a su perro y en segundo plano a la reina siendo confesada. En la de la derecha visualizaremos a la reina en la orilla junto al rey, mientras Juan es lanzado desde el Puente de Carlos. Tanto el perro, como la reina y el santo presentan el color dorado característico por haberse tocado en innumerables ocasiones.
Se dice que para volver a Praga hay que tocar al perro por su fidelidad, pero no es así, será al Santo arrojado desde el Puente al que hay que acercarse ya que fue el que regresó. Lo vemos en el Free Tour del Castillo y el Puente de Carlos.
15. La Gertrudis de Botero en Cartagena de Indias

Como regalo del escultor Fernando Botero, la Gorda Gertrudis fue ubicada en la Plaza de Santo Domingo en la ciudad amurallada de Cartagena de Indias. Es precisamente en su país natal, donde podemos encontrar la mayor exposición permanente del artista, aunque también hay algunas repartidas por el mundo como en Singapur, Barcelona o Núremberg.
Los 650 Kg de esta imagen se encuentran reclinados, como si la figura estuviera tomando el sol, reflejando una mujer segura de sí misma, llamando la atención y provocativa. Su actitud es la de provocar sensualidad y fuerza usando su volumen. Eso sí, al observar, veremos que la escultura presenta dos zonas doradas muy lustrosas.
Se dice que si tocas las nalgas de la estatua obtendrás buena suerte. Si lo que deseas es conseguir un largo romance con tu pareja y éxito en el amor, lo único que hay que hacer entonces es acariciar sus senos. Sea como sea, la cuestión es disfrutar de sus curvas.
16. Estatua de la Princesita en Budapest

Sentada sobre una barandilla a la orilla del Danubio, en la Plaza Vigadó Tér, se encuentra esta pequeña escultura de bronce conocida también como “el Duende”, que fue colocada en 1972 por el escultor László Marton y que se ha convertido en un símbolo de Budapest.
Aunque inicialmente media poco más de 60 cm, se realizó la actual más grande en 1989, para colocar en la separación con las vías del tren. Fue inspirada por su hija, ya que siempre vestía un traje de princesa con albornoz y llevando una corona hecha con periódicos de papel. Podrías verla con nosotros en el Free Tour por Budapest esencial.
La tradición nos dice que hay que tocarle las rodillas a la escultura para poder regresar otra vez a Budapest, de ahí su color tan brillante. Si bien es cierto, no es la única estatua de este estilo que encontramos en la capital húngara. Por ejemplo, la estatua Anonymous frente al castillo Vajdahunyad, tiene su pluma excesivamente dorada, ya que cuentan que si la tocas te dará suerte. Al menos los estudiantes en época de exámenes se acercan a tocarlo, ya sabéis, toda ayuda es poca. En este caso te la enseñamos en el Tour de las Leyendas y Misterios de la capita húngara.
17. San Pedro de Alcántara en Cáceres

Desde 1954 lleva protegiendo la Concatedral de Cáceres la figura realizada por Enrique Pérez Comendador. Situada en la Plaza de Santa María, en pleno casco histórico de la ciudad, la figura de San Pedro de Alcántara observa desde la esquina, subida en el pedestal, el paso de los cacereños y los turistas que con devoción tocan sus pies.
Fiel amigo de Santa Teresa de Jesús y Patrón de Extremadura, recibe los anhelos y súplicas de quien pasa al lado de sus dos metros y medio de altura, que atentamente busca en su rostro, que es autorretrato del escultor, una mirada recíproca de entendimiento y fe, junto un posible milagro y concesión de su ruego.
Por ello los lustrados pies de la figura son continuamente tocados y besados, para petición de todo tipo de deseos, desde aprobar un examen a encontrar pareja, o simplemente que la suerte caiga del lado del que realiza la plegaria. Te lo contamos en nuestro Free Tour por Cáceres.
18. El Oso y el Madroño en Madrid

Aunque en realidad no sepamos si es un oso o una osa, la estatua del oso y el Madroño se ha convertido en todo un símbolo de Madrid. Ha sido ubicada en varias localizaciones de la Puerta del sol y actualmente nos la encontramos justo a la entrada de la calle Alcalá. Fue realizada por Antonio Navarro Santafé en 1967, representando las armas heráldicas de la villa y promovida por el Ayuntamiento de Madrid.
Apoyada sobre el madroño e intentando morder sus frutos, la figura del oso está algo por debajo de la del árbol, que mide casi 4 metros de altura. Si observamos bien, el talón izquierdo del animal, está más bien brillante comparado con el resto de la escultura de bronce.
Esto se debe que la mayoría de turistas que pasan a contemplar este emblema de Madrid lo tocan, no sólo por ser uno de los símbolos más importantes de la Capital de España, sino porque dicen que trae suerte y la posibilidad de regreso a una de las capitales más importantes de Europa. Te contamos todo si te vienes con nosotros a hacer el Free Tour Madrid Imprescindible.
19. El Caballero de París en la Habana

En las cercanías de la Iglesia de San Francisco de Asís hay una escultura de bronce dedicada a José María López Lledín, que a pesar de haber nacido en A Fonsagrada, cerca de Lugo, se le conoció con el apodo del Caballero de París, o el Hidalgo de la Habana por lo caballerosa que era su actitud a pesar de su origen humilde.
El escultor cubano José Villa Soberón le dedicó una estatua por iniciativa del historiador Eusebio Leal, que en 2001 conmemoraría a este emigrante gallego, conocido personaje de las calles de la Habana vieja. A día de hoy, si observamos su figura, veremos que tanto su dedo izquierdo como parte de su rostro, presentan un aspecto lustrado, increíblemente dorado.
La tradición nos dice que hay que tocar sus desaliñadas barbas con nuestra mano derecha y su mano con la izquierda para ver nuestros deseos cumplidos. A pesar de ser considerado un vagabundo, era rico de corazón, culto y educado, algo loco y, sin duda, uno de los personajes más emblemáticos de la década de los 50 en Cuba.
20. Mujer Marinera en Lloret de Mar

En el lado sur de la Playa de Lloret de Mar, podremos encontrar esta estatua que recuerda el pasado de los marineros de este municipio de la Costa Brava. La Dona Marinera o la Venus de Lloret son algunos de los apelativos que recibe este Monumento a la Mujer Marinera.
Con 2’4 metros de altura, esta escultura de bronce fue creada por Ernest Maragall en 1966 para alzarse frente a las aguas del mediterráneo y presidir el Camino de Ronda. Es un homenaje perfecto a aquellas mujeres que esperaban en casa a sus maridos de vuelta tras la pesca o en sus largos viajes hacia las américas.
Si visitamos la Bahía de Lloret, deberemos tocar el pie derecho de la estatua, que veremos está bien brillante, mientras contemplamos el mar hacia el infinito y pedimos un deseo. Dicen que se cumplirá, eso sí, siempre que no sea para nosotros mismos, que no podamos hacerlo en condiciones por nuestra cuenta y agradecerlo al terminar.
21. Cristiano Ronaldo en Madeira

El que es considerado por muchos como el mejor jugador del mundo tiene dos esculturas de bronce en su Madeira natal. Una, en el aeropuerto que lleva su nombre y la otra ubicada concretamente en Funchal, donde hay una representación del exfutbolista del Real Madrid, de 3’40 metros de altura y alrededor de 800 Kg de peso. Fue realizada en bronce por el escultor Ricardo Velosa y colocada en frente de la entrada del museo de CR7 en la Avenida Sá Carneiro con vistas hacia el puerto, justo en la Praça do Mar.
Con la presencia del delantero de la Juventus, en 2014 se inauguró por iniciativa propia y por el “Jornal da Madeira” como homenaje a su persona. El ganador de cinco veces el Balón de Oro, queda representado con su vestimenta de futbolista, pero hay cierta parte del pantalón que se encuentra particularmente desgastada y brillante. Digamos que, en este caso, no sólo se marcan los goles de Cristiano.
El «Paquete metálico”, como lo han descrito algunos, se ha convertido en uno de los reclamos de la estatua. En este caso particular no hay leyenda, sino más bien el deseo de tocar las partes nobles, por estar doradas imaginamos.
22. Estatua de John Harvard en Cambridge

En la ciudad de Cambridge en el estado de Massachusetts, concretamente en el campus de la Universidad de Harvard, nos encontramos este homenaje a John Harvard, el clérigo que fue el primer benefactor de la universidad más antigua del país. Está ubicada en el Harvard Yard, el corazón de la institución que fue fundada en 1636 por colonos británicos.
Se realizó en bronce por parte de Daniel Chester French y fue colocada en 1884. Lo curioso es la inscripción, que sugiere que John Harvard fue el fundador de la universidad, de forma errónea, y el rostro de la estatua, que no corresponde a él, puesto que no existe una imagen suya, sino de un estudiante llamado Sherman Hoar.
Se dice que hay que tocar el pie izquierdo de la estatua para atraer la suerte en los exámenes, pero resulta que esto no es cierto a pesar de que hay muchos turistas que la manosean. Lo que hacen los alumnos es descubrirse la cabeza y quitarse sombreros o gorros antes de acceder como tradición estudiantil antes de las pruebas. La escultura de bronce de John Harvard también es conocida como la estatua de las tres mentiras.
Tocar las esculturas de bronce en tiempos del coronavirus covid-19
Sí es cierto que el componente divertido al contar estar historias le aporta un plus a cualquiera de los tours en las que estas esculturas de bronce están presentes, pero desde BuscaFreeTour deseamos respetar los monumentos que hay por las diferentes ciudades del mundo. Por ello, para evitar el desgaste propio de las estatuas recomendamos encarecidamente tener cuidado, tocar, en su caso, sólo aquellas que son más recientes o réplicas de las originales, cuyo daño no es problemático.
Además, en los tiempos que corren por la pandemia del Covid-19, nuestra absoluta recomendación es no tocar ninguna de las esculturas de bronce, ni ningún monumento en ninguna parte, para evitar contagios por transmisión. A pesar de ello, esperamos que las estatuas aquí expuestas nos sigan revelando su historia y la de los diferentes lugares donde se encuentran.