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Justo en frente del Palacio de Sofía, en la Isla de los Eslavos, una estatua conmemora a Božena Němcová. Se trata de una de las escritoras checas más importantes, conocida por su etapa del Realismo y considerada como una de las representantes más destacadas del nacionalismo checoslovaco. Es la autora de la novela Babička de 1855 que, además, aparece en los billetes de 500 Kč.

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Estatua de Božena Němcová

Antecedentes a la estatua de Božena Němcová

En 1932, se creó en Praga la empresa Božena Němcová por las principales personalidades literarias de entonces. Su intención, divulgar la obra de la autora y ensalzar la figura de la mujer más fuerte que había existido en tierras checas. Con motivo del 120 aniversario del nacimiento de la persona que da nombre a su compañía, se propuso un proceso concursal para realizar una escultura conmemorativa en piedra.

La intención era levantarla, en un principio, en los Jardines Seminario de Petřín, aunque luego se consideró ubicarla en el Jardín Kinský. El jurado, compuesto por miembros del Ayuntamiento de Praga y los artistas más conocidos de su tiempo, como Šaloun, Bohumil Kafka, Švabinský, o el arquitecto Josef Gočar, acompañarían en la decisión perfecta para erigir la obra que más lo mereciera.

No obstante, el concurso no tuvo ganador, y se volvió a convocar al año siguiente. Las restricciones del momento, puesto que se había proclamado el Protectorado de Bohemia y Moravia, hizo que en plena segunda guerra mundial, sólo se presentaran tres propuestas en 1941, de las cuales ninguna fue aceptada.

Estatua de Božena Němcová

A la tercera fue la vencida. El último proceso concursal tuvo lugar en 1948. Los ganadores resultaron ser el escultor Karel Pokorný y el arquitecto Jaroslav Fragner. A pesar de ello, el concepto de representación de Božena Němcová, debía de agradar plenamente al nuevo régimen, hablamos de que aquel año, tras un golpe de estado, el régimen comunista soviético se hace con el poder.

Tras varios retoques de diseño, se decidió colocar en frente del Palacio de Sofía, representando a tamaño casi natural a Božena Němcová, con su vestido largo y bufanda, con un libro en la mano izquierda y un ramillete de flores en la derecha. Está representada andando, como al paso de una banda militar.

Realizada en bronce y sobre una pilastra en piedra que lleva su nombre, la estatua de Božena Němcová fue inaugurada en 1955 y está considerada Monumento Cultural Nacional.

Estatua de Božena Němcová

Biografía de Božena Němcová

Nacida como Barbora Novotná el 4 de febrero de 1820 supuestamente en Viena, su familia es de origen muy humilde. Sus progenitores formaban parte de la servidumbre de la Duquesa de Sagan, Kateřina Zaháňská, lo que no se tradujo en riquezas, sino más bien, en apuros económico durante su juventud.

Creció en el noreste de Bohemia, en la zona de Ratibořice, una zona de campo junto a sus padres, hermanos y su abuela Magdaléna Novotná. Esta influiría mucho en su carácter, y a la cual recurriría en el futuro como fuente de inspiración. Fue educada en Česká Skalica hasta 1830 y en Chvalkovice desde 1830 a 1833 donde sería instruida en alemán y aprendería los “modales señoriales”, antes de regresar a Ratibořice.

Se casó muy joven con el funcionario de aduanas Josef Němec, a los 17 años por un matrimonio concertado. No en vano, su marido casi la doblaba en edad, puesto que era 15 años mayor que ella. Se cree que desde el comienzo del matrimonio ella no sería feliz, aunque a pesar de ello, llegaría a tener con él 4 hijos.

Juventud y comienzos nacionalistas

Trasladaron a su marido a trabajar en el barrio de Josefov en la ciudad de Praga en 1838. Ella se mudaría con él, trayendo al mundo a Hynek, su primogénito. Poco después, llegarían a mudarse a Litomyšl, donde tendrían a su segundo hijo Karel en 1839. En 1840, la familia se trasladaría a Polná, de nuevo por trabajo de su cónyuge, donde en 1841 tendría a su hija Theodora.

No sería hasta mediados de 1842 cuando ascendieron a Josef Němec. De hecho, su último hijo, Jaroslav, nacería en Praga en octubre de aquel año. Aficionada a la lectura, cayeron en sus manos libros de poetas checos como Václav Bolemír Nebeský y Karel Jaromír Erben. Por este motivo, y ya una vez establecida en Praga algo más de un año, comenzaría a escribir poemas en checo, influenciada por la literatura checoslovaca nacional, crearía obras como “Las Mujeres Checas” o “La famosa Mañana”.

En 1843 se mudaría a Viena a terminar sus estudios y después a Domažlice, lo que le causó algún que otro problema de salud. Allí comenzaría su despertar nacionalista. En 1848, tras los hechos acaecidos en el Congreso Eslavo, a su marido se le tachó de traidor, lo que provocó su exilio a tierras húngaras. Ella decidió mudarse a Praga con sus cuatro hijos en 1850.

Vida en Praga

Se unió a la Hermandad Checa Morava donde conocería diferentes amantes, como František Matouš Klácel o Jan Helcelet, o encontraría su amor en el médico Dušan Lambl, aunque la relación no cuajó tras ser descubiertos por su marido a través de su correspondencia.

En 1853, Božena Němcová sufrió uno de los golpes más duros de su vida. Su hijo Hynek murió de tuberculosis. En ese momento se enteraría de lo que era la enfermedad. Tras estos hechos, escribiría su novela más famosa, “Babička” (Abuela). Fue la semilla que siguieron muchos otros artistas a finales del siglo XIX, como Josef Dobrovský, Josef Jungmann y František Palacký.

Su última década la pasó entre disputas conyugales y problemas con sus hijos. Se divorció, y en 1861 los acuciantes problemas económicos la llevarían a trabajar como escritora para los editores de Augustus. Pero la aparición de un cáncer y tras contraer tuberculosis, hizo que muriera en la más absoluta pobreza el día 21 de enero de 1862.

Hoy en la calle Na Příkopě, en la “Casa de los Tres Labios” (U Tří lip) existe una placa conmemorariva con un busto en bronce que nos indica el lugar donde falleció.

La “Abuela” de Božena Němcová

Un retrato de la vida en el campo checo, que retrata sus recuerdos de la infancia. Las diferencias entre un castillo regido por germanos y una aldea checa dependiente de este, con diferentes tramas que la convierten en la novela más leída de toda la literatura checa, por encima de otros autores como el mismísimo Franz Kafka, quién también fue influido por esta obra en su juventud.

Escrita por primera vez con un idioma literario y no científico, con unos recursos lingüísticos de primer orden y además del puño y letra de una mujer, automáticamente la convirtió en referencia del pueblo checo. Por su temática, fue la base sobre la que creció el nacionalismo checoslovaco que posteriormente permitiría la creación de la Primera República Checoslovaca e incluida como libro de texto de muchas escuelas.

No hay duda del legado de Božena Němcová, a la que de forma conmemorativa se le ha concedido su nombre a un cráter de Venus e incluso a un asteroide. Sus restos descansan en el cementerio de Vyšehrad.

¿Dónde está la Estatua de Božena Němcová?

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