Antes de embarcar en su crucero por el Mediterráneo, ¿quiere probar los pequeños placeres que ofrece Marsella? A continuación presentamos una cuidada lista en la que se incluyen excursiones y visitas para descubrir y apreciar toda la belleza de la ciudad de Phocaean.
La esencia de Marsella en una sola visita
Bonita y animada, la ciudad de Marsella es única en el Mediterráneo. Gracias a su larga y rica historia, posee un impresionante patrimonio tanto cultural como arquitectónico. Estos edificios, heredados de un pasado turbulento y un de presente igualmente dinámico, dan a la ciudad una esencia especial, que se puede sentir durante una excursión antes de ir en un crucero por el Mediterráneo. El recorrido por la ciudad comienza con un paseo por el Puerto Antiguo, el barrio emblemático de esta ciudad de Provenza y punto de entrada de los pueblos y civilizaciones que han conformado su imagen.
Con su cámara, los visitantes no deberían perderse el espectáculo en movimiento que se produce cuando se combinan las sombras del Vieux-Port (Viejo Puerto) y la Basílica de Notre Dame de la Garde, conocida por los lugareños como la “Bonne Mère” (Buena Madre). A continuación, se puede contemplar el Quartier du Panier, el barrio más antiguo de la ciudad. A un paso del Vieux-Port, el Panier impresiona por sus antiguas tiendas, sus callejuelas empinadas y sus pintorescos edificios. El itinerario por los edificios emblemáticos sigue hacia la Catedral de Sainte-Marie-Majeure, con su arquitectura bizantina y románica, y luego hacia el MuCEM, con una imagen más contemporánea.

Marsella, naturaleza y relax
La ciudad de Phocéenne posee un litoral que ofrece impresionantes paisajes compuestos por las playas de arena fina, perfectas para el ocio, las costas rocosas, aparentemente inaccesibles, y los escarpados acantilados, cubiertos por vegetación típica de la región. Estos encajes de piedra caliza, conocidos como “calanques”, son otra curiosidad del litoral marsellés. Con su aspecto majestuoso, dentado y escarpado, estas formaciones rocosas se asemejan, con algunas excepciones, a los «fiordos.
Un paseo por la costa brinda la oportunidad de descubrir estas maravillas, clasificadas como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, desde todos los ángulos. El Parque Nacional de Calanques abarca más de 51.000 hectáreas, gran parte de las cuales invaden un área marina. Además de los escarpados cañones, la zona tiene una abundante flora y fauna. Los amantes de los pájaros, los peces y otras criaturas marinas disfrutarán al máximo de esta visita.

Gustos y sabores del Mediterráneo
Marsella es, también, la meca de la cocina mediterránea y provenzal. Los apasionados a la buena gastronomía disfrutarán aquí. Si la “sopa con el pistou” y la “bullabesa” constituyen platos que no pueden faltar, otras especialidades locales también merecen este recorrido gastronómico. Los magníficos restaurantes de Marsella, especialmente los del barrio del Panier, son famosos por sus platos a base de pescado fresco, hierbas provenzales y verduras de la zona acompañados de una sutil mezcla de especias.

Visitar el interior de la Provenza
Cerca de Marsella, Aix-en-Provence posee todas las características de una ciudad pintoresca, con sus centros de arte, talleres y originales museos. El arte está omnipresente en todos los rincones de esta ciudad y permanece, estrechamente, ligado a la vida y a la obra de Cézanne. No lo dude, adéntrese en la fabulosa historia del artista y en el espíritu especial que reina en su estudio y en su casa de Jas de Bouffan.
Para quienes desean explorar un poco más allá, la mejor opción es acercarse al Museo Granet, que le dedica todo un espacio. Este museo de arte moderno también acoge obras de otros nombres importantes de la pintura, como Ingres, Rembrandt, Van Gogh, Monet y Renoir. En el Hôtel de Caumont-Centre d’Art, se puede revivir las horas más gloriosas de los artistas y personalidades destacadas de la ciudad provenzal gracias a las suntuosas, a la vez que elegantes, decoraciones de esta mansión.
Después de estas visitas, disfrute paseando por las estrechas calles, terrazas y plazas históricas de Aix-en-Provence, sin olvidar probar la especialidad local: el Calisson. Una excursión a estos lugares es la mejor manera de comenzar un crucero que zarpa desde Marsella.